Des d’Aravell al riu de Civís

El passat dia 9 d’abril férem el recorregut que va des del Golf d’Aravell fins al riu de Civís, que correspon al tram que féu l’expedició de 1937 des de les 12 de la nit del dia 30 de novembre -quan estaven sortint del riu d’Aravell- fins les 11 de la nit del dia 1 de desembre -quan arribaven al riu de Civís-, després que hagueren descansat 12 hores (de les 6 del matí a les 6 de la tarda del dia 1) a les roques de la Caubella. Sabem que descansaren en aquestes roques perquè ens ho ha explicat el guia de l’expedició, en Josep Cirera, que era de Cal Roger, una casa situada a uns 400 metres d’aquestes roques, cap a llevant.

Vam ser un total de 35 caminants procedents de diferents punts i països: d’Andorra, del Japó, de Polònia i d’altres llocs més propers: Girona, Lleida, Igualada, Canet de Mar, Barcelona, . . . L’edat anava des dels 8 als 74 anys, el que mostra una vegada més que aquestes caminades són per a persones de tot tipus.

Amb un dia esplèndid i un sol radiant caminàrem uns 12 Km amb un desnivell positiu de 830 m i negatiu de 720 m.

Com fem a cada caminada llegírem textos dels documents històrics de l’expedició de 1937. A continuació adjuntem alguns d’aquests textos.

Francisco Botella, en el Diari de 1937, descriu així la pujada des de la sortida del riu d’Aravell fins la Caubella:

Dos horas dura este caminar. Hemos dejado al Sur Seo de Urgel, y empezamos a subir las estribaciones del Pirineo. Hace mu­cho frío. Estamos muy cansados. Son las doce de la noche. (…) Con gran silencio, caminamos un cuarto de hora más: luego, descansamos una media hora. Esta etapa es monótona y larga: la subida hasta el monte, donde dormiremos tardará tres horas, ¡tres horas de caminar pesado y con cansancio! El camino regular, pero con mucha pendiente. La media hora de descanso la hemos aprovechado para comer, pues llevamos mucha hambre: pero está la comida muy tasada, y aprovechamos hasta las migajas del pan.

En el mateix Diari de 1937, Francisco Botella descriu l’arribada a les roques de la Caubella on descansaren el dia 1 de desembre, des de les 6 del matí fins les 6 de la tarda:

A las tres horas de estar subiendo, hacia las seis, cuando empieza a clarear, nos introducen entre los árboles y arbustos de un bosque con mucha pendiente y cerca de una fuente. Allí hemos de pasar el día: y esperar al atardecer para reanudar el viaje.

Después de algunos trabajos, encontramos dos sitios próximos, rodeados de bosque: y en ellos nos acomodamos nosotros. Como está con mucha pendiente nos escurrimos mientras descansamos. Antes hemos comido, de lo poco que nos queda, y hemos dejado para la tarde lo demás. Nos liamos en las mantas y procuramos dormirnos y descansar algo, mientras se seca la ropa. Difícil es descansar: hace frío y el suelo está muy húmedo.

Antoni Dalmases, en el seu Diari de 1937, escriu:

La ascensión, cada vez más dura, sigue hasta el ama­necer. Estamos en un monte sobre un pueblo que se divisa perfectamente (la Seu d’Urgell). Se nos ordena formar grupos de tres o cuatro acampar entre los matorrales, con el fin de pasar el día debajo de ellos, con la orden de no levantarnos ni movernos más que para mantener contacto con los otros grupos, y no hablar alto. Todo el día estuvimos, oyendo las cornetas de los carabineros de los pueblos vecinos y esto logró que no nos moviéramos de nuestro sitio durante todo el tiempo que allí permanecimos.

Finalment citarem un tros del Diari de 1937 en el que Juan Jiménez Vargas descriu la baixada des de la Collada de la Torre fins al riu de Civís:

No sé cómo será el camino del infierno, pero cuesta trabajo imaginarlo algo peor que eso. (…) Las caídas de los días anteriores son cosa de broma, compa­radas con las de hoy. Paco va delante del Padre ayudándole como pue­de. A ratos se ayudan mutuamente a caer. Yo, que voy detrás algunos momentos, le sujeto por la ropa. Otras veces, bastante hago si consigo frenarme, apoyando fuertemente el bastón con las manos, para no rodar empujándolos a ellos.