He was a good man and always happy
A Friend of Pallerols, Javier Gual, passed away last Thursday, March 26, at 9:45 p.m. He and his wife, Isabel Navarro, were effective contributors to Pallerols. La Mercè Betriu sends us a brief resemblance of Javier:
Javier was a lawyer by profession, but for health reasons he had not been practicing lately. She was a totally dedicated person to her family and the Raier Club, in Lleida, where she helped every afternoon, always with a smile of kindness.
He loved traveling and sent hundreds of postcards to his friends, among whom I was lucky enough to receive.
His wife, Isa, has always helped me organize and prepare the meals that have been made on several occasions in Pallerols.
In the last meeting of the Rose, in November last year, Javier and Isa also came and after the liturgical celebration, a good group of people had lunch at the school.
Before, in October, we celebrated a party on the occasion of Javier’s wedding and the 60th anniversary.
Javier y yo estudiamos en el Colegio Terraferma, donde coincidimos en el mismo curso y, con los años, en la misma clase. Era la alegría personificada y la tenía con unos y con otros, sin diferencia alguna.
Al cambiar yo de ciudad, pasamos años sin vernos y, cuando por algún motivo coincidíamos, además de seguir siendo el hombre de buen talante que conocí, me recordaba anécdotas positivas y divertidas.
Supe de su enfermedad por él mismo y también de sus batallas por vivir como Dios quiere, en especial con Isa y sus hijos; todos sufrieron y al final, él es el primero que ha alcanzado el premio. Seguro que ellos, como yo, lo tienen como un referente a seguir.
Me contó Ramón la anécdota cuando estando ya en el hospital y con pronostico grave, la médico que le Certificó la invalidez, de eso hace años, le trataba de consolar: “Usted o tú, tan joven…” y él le cortó amablemente y respondió: “Mire yo soy hijo de Dios, y lo que sucede es bien recibido, No se preocupe”.
Isa, María, Xavi, un gran abrazo; gracias a Dios, contáis con muchas personas, y también conmigo.
Una imatge val més que mil paraules. Mai oblidarem aquest somriure tan especial d’en Javier , la seva bondat i generositat
Gràcies Xavier pel teu etern somriure
Que descanse em paz. Deus lhe pagará no Céu quanto bem fez aqui.
Condolências à sua família
Xavi siempre enviaba postales. Eran heraldos de sus viajes y vacaciones: “desde Sorpe….”, desde La Seu….”, “desde Sevilla….”, “desde Vitoria….” Concisas y breves, pero todas con un denominador común, la bondad. Porque Xavi era un hombre bueno, y nos demostró que la bondad se puede transmitir hasta con una breve postal.
Ya no recibiremos más postales suyas, pero nos ha dejado lo mejor que tenía, el fiel reflejo de su bondad: su fuerte, ejemplar e incomparable esposa Isa, y sus hijos María y Xavi.
Ya estaba al tanto del estado de salud delicado de Javier. Ya sabes que uno no se va de Lleida como quien cambia de la maleta y ya está: se lleva siempre Lleida en el corazón. Aunque es más exacto decir, la gente de Lleida como Javier, tu familia… Lo conocí en mi primera estancia, cuando yo estudiaba derecho y él preparaba las dichosas notarías. ¿Quién le iba a decir que llegaría a ser un recepcionista del Raier? Dejará un vacío muy grande. Dios ve las cosas de manera muy distinta que nosotros y sobre todo, las ve mejor.
Yo también le pido a Javier que se acuerde de nosotros, que nos abra la puerta del cielo como la del Raier, sin tener que llamar.
Puedo decir que tengo un amigo en el Cielo. Javier sabía ganarse el afecto de cualquiera. Seguro que era una de las personas más queridas de Lleida. En el Cielo le habrán hecho una fiesta enorme, y me imagino el abrazo de acogida de María, y el del mismo Cristo con el que tienen tantas cosas que contarse. No dudes que Javier está hablándole a Cristo y a María de vosotros para que os sostengan en el dolor.
Ahora celebraré la Misa y le hablaré a Jesús de vosotros.
Cómo echaré en falta los lunes su presencia en la iglesia de sant Pere, y sus buenos días a las 7 am antes de la Misa en el Hogar Madre Esperanza. Javier ha sido un hombre fiel. Purificado por el sufrir. Piadoso y lleno de mucho amor a todos, muy apostólico. Ha llegado a la Casa del Cielo con las alforjas llenas. En Torreciudad ya lo saben. Allí la Virgen le ha oído muchas veces.
Querida Isa y familia, al leer vuestro mensaje no he podido evitar pensar que pronto sabré cómo es el cielo. Javier solía enviarme postales de aquellos lugares que visitabais, por ello sé que en la próxima que reciba, veré reflejado aquello que dijo el Señor: “Ni el ojo vio, ni el oído oyó, lo que Dios ha preparado para los que lo aman”.
Con toda seguridad habrá luz, mucha luz; tanta que no podré vislumbrar la sonrisa de Javier, esa sonrisa llena de bondad que reflejaba la felicidad que sentía con su querida familia.
No volveré a verlo arrodillado en la iglesia de san Pedro. Contemplarlo permitía intuir que era un adorador que había entrado en el misterio y ahora lo comprenderá plenamente.
Tal como nos dices Isabel, Dios lo habrá acogido y desde allí, en su última y definitiva “visita” cuidará de todos, y especialmente de vosotros, que a pesar de lo que pueda parecer nunca estaréis solos.