Volveremos!

Del 25 al 30 de junio, un grupo de chicas procedentes de Pamplona han visitado: Pallerols, la Cabaña de San Rafael, Peramola, la Casa del Corb, la Ribalera, cruzar los ríos de Valldarques y Sallent, subida al Barranc de Comalavall, llegar a la casa de Fenollet, Santa Fe, río de Civís, Mas d’Alins, Andorra.

Resumen brevemente su aventura con estas palabras:

«Poco preparadas veníamos para lo que se nos venía por delante. No éramos conscientes de lo que encerraba esta convivencia… Largas caminatas, largas carcajadas, caídas, cansancio, amistades, paisajes asombrosos, y todo el contenido histórico que este camino esconde detrás.

Hemos sido un poco más conscientes de qué fue realmente el Paso de los Pirineos y poco a poco nos hemos ido metiendo en los personajes que lo realizaron.

Nos llevamos mucho más de lo que podíamos esperar; no sabíamos lo mucho que se puede aprender en 5 días.

Y por todo ello, ¡¡muchas gracias!!

Un saludo desde Pamplona,

Nos vemos el año que viene».

En Coll de Jou, a la vista de Sant Julià de Lòria, han recordado lo que escribió Pedro Casciaro en el año 1975:

Al amanecer, la contemplación del apacible pueblecito de Sant Juliá nos hizo acabar de comprender que había terminado la prolongada pesadilla del paso de los Pirineos: que finalmente éramos libres. En acción de gracias, una vez que nos quedamos solos los de nuestro grupo, el Padre volvió a incoar la Salve —esta vez en voz alta—, que todos recitamos pausadamente, con profundo fervor y gratitud a la Virgen. Encauzaba así el Padre nuestra alegría en este acto de amor a nuestra Madre que, una vez más, había manifestado su misericordia con la Obra. Al recordar después alguna de las muchas incidencias experimentadas desde Barcelona hasta Andorra, al Padre le gustaba referirse a ese período de nuestra vida llamándolo nuestro camino de liberación.