Como muchos otros grupos, también ellas han pasado por Pallerols
Adjuntamos una crónica enviada por una chica del Club Prado, de México
En julio de 2023 nos pusimos en contacto con Jordi para que nos ayudara a planear el recorrido de san Josemaría por los Pirineos y desde ahí inició nuestra aventura; nos presentó distintos recorridos, ajustados al tiempo con el que contábamos. Elegimos un plan pequeño: Pallerols, Peramola, la Casa del Corb, vista general de la Ribalera. Todo nos parecía increíble, solo pensar que caminaríamos por donde anduvieron nuestro Padre y sus acompañantes, en condiciones desfavorecidas.
El 29 de julio iniciamos nuestra excursión. Primera parada, Oliana; ahí nos recibió Ramón, uno de los promotores del Camino de Andorra, que nos guió hasta la iglesia y rectoría de Pallerols. Allí pudimos conocer el lugar donde san Josemaría pasó la dolorosa noche del 21 al 22 de novembre de 1937, y el lugar donde encontró -en la iglesia- la Rosa Estofada, señal con la que Dios le indicaba el camino a seguir.
Nos instalamos en el refugio y la rectoria, preparamos un lunch e iniciamos nuestro camino hacia a la Cabaña de San Rafael. Anduvimos media hora hasta que nos encontramos con la cabaña, lugar donde san Josemaría pasó 5 días a la espera de la salida hacia Andorra. Pudimos entrar en la cabaña y después Ramón nos platicó lo que san Josemaría había vivido durante esos días.
Nuestra segunda parada fue en Peramola desde donde nos dirigimos a la Casa del Corb. El camino implicaba la subida de una pendiente, para nosotras pronunciada, y nos esforzamos en recorrerla; algunas tuvieron que tomar un pequeño descanso pero finalmente todas llegamos a la roca de la casa del Corb; un lugar espectacular. Descendiendo un poco pudimos ver la Ribalera, allí donde san Josemaría celebró la última misa antes de llegar a Andorra. Valió la pena el esfuerzo y el cansancio.
En este lugar, Ramon nos contó el recorrido de san Josemaría hasta llegar a Andorra. Nos impresionó contemplar el recorrido que -durante 5 noches- hicieron san Josemaria y sus acompañantes, sin equipo adecuado, en la oscuridad y escondidos.
Fantástica experiencia
Parabéns
Estoy muy agradecida de haber podido vivir en la casa donde estuvo san Josemaría y sus siete acompañantes, pensar que pudieron vivir esos días con la ilusión de hacer el Opus Dei a pesar de tanto sufrimiento; y para mi lo más significativo fue poder rezar donde san Josemaría tuvo la señal, una rosa estofada tirada en el suelo, para seguir el camino y cruzar a la zona donde podía ejercer su ministerio sacerdotal en libertad
Yo le tengo muchísimo cariño a san Josemaría. Tuve varias dificultades económicas para poder viajar hasta Barcelona pero finalmente pude hacer este viaje; ya se ve que fue la voluntad de Dios que estuviera ahí, siguiendo los pasos de san Josemaría, sentirlo tan cerca, sentir todo el amor y confianza con que recorrió un camino muy duro. Se sienten todas las oraciones que nuestro Padre hacía por el Opus Dei.
Al caminar por los bosques, montañas, rocas, etc. sentí que me acompañaba Dios y san Josemaría. Es un camino arduo, pero aprendes mucho: es una gran oportunidad para mirar dentro de uno mismo, para conocer a los demás y conocer a Dios. Está muy cañón, pude ver la gracia que Él nos dio a mi grupo y a mí: a pesar del cansancio, continuábamos caminando, éramos capaces de caminar alegres, sin quejarnos.