Daniel Macià nos deleita con sus observaciones, mientras sigue la ruta del Camino de Andorra Daniel Macià nos envía un resumen de lo que vio en la caminata de les Masies de Nargó al Valle de Cabó, en el Camino de Andorra. Describe algunos de los árboles y pájaros que pudo ver.
1. Los árboles y arbustos
Nada más empezar la caminata, pudimos observar un roble de grandes dimensiones en medio de un campo de cultivo. Conforme íbamos caminando, aparecían nuevos árboles que nos indicaban que esta zona había sido cultivada con olivos ya que había diferentes individuos.
Más arriba de les Cases se podía comprobar cómo esta zona había sido un encinar bastante importante, ya que en los márgenes del camino y campos había encinas (Quercus ilex) rebrote. Hay que decir que tanto la encina como el roble siempre rebrotan, aunque los cortes hasta la cepa o se quemen por un incendio, y aquí tenemos un buen ejemplo.
A medida que subíamos por el barranco de Comalavall, empezamos a encontrar un cambio en la vegetación, ya que pasamos del Pino carrasco (Pinus halepensis) y la Pinassa (Pinus nigra) a encontrar el Pino albar (Pinus sylvestris). Este cambio se hizo más evidente al llegar a los llanos de Comalavall.
Un aspecto a destacar es la presencia de la Procesionaria del pino (Thaumetepoea pityocampa). Esta plaga se está utilizando como indicador del cambio climático y muestra que, año tras año, va ocupando espacios de mayor altura debido a que los inviernos son cada vez menos fríos.
De Fenollet a la ermita de Santa Fe pudimos observar los efectos de un incendio forestal que hubo en el 2004. En la vertiente de Fenollet la vegetación estuvo muy afectada y en la zona de Santa Fe hubo lo que se llama un incendio de sotobosque, donde sólo se ven afectados los troncos, el sotobosque y los árboles de pequeña altura.
La bajada desde Santa Fe el río de Cabó empieza con un bosque de Pinassa con unos ejemplares imponentes.
Este sería un pequeño resumen de los árboles y arbustos que encontramos por el camino.

2. Los pájaros
Se pudieron identificar un total de 14 especies diferentes, de las que destacaremos la Pastorella (Motacilla alba) y el Gorrión Común (Passer domesticus), que pudimos observar durante la parada en Fenollet.
– Pastorella (Motacilla alba). Medidas 18-20 cm.
La Pastorella es un pájaro muy fácil de identificar por su cola alargada -que mueve constantemente cuando está en el suelo- y por su cuerpo bastante esbelto. La coloración es en blanco y negro. El macho tiene el sombrero, ojos, pico, patas y babero de color negro, y las mejillas blancas. Las partes superiores (espalda) son de color gris y las alas negras con las puntas blancas. Partes inferiores (barriga) de color blanquecino. La hembra es menos oscura que el macho, tanto el casquete como el babero.
La encontraremos principalmente en las márguenes de los ríos, arroyos, embalses, huertos y en las masías, como es el caso de Fenollet, donde fue observada. Al llegar el invierno se desplaza a los parques, jardines, campos de cultivo y donde pueda encontrar su alimento: dentro de los pueblos y ciudades.
Se alimenta mayoritariamente de insectos, gusanos y crustáceos que va capturando mientras vuela o cuando camina por el suelo.
Su estatus es de Preocupación Menor (LC), aunque la reforestación de terrenos, la pérdida de espacios abiertos -debido principalmente al abandono de las tareas agrícolas-

son un problema para su conservación.
– Gorrión común (Passer domesticus). Tamaño 14-16 cm.
Aunque es una especie muy conocida, haremos una pequeña descripción. Frente, gorro y nuca de color gris, babero negro, mejillas blancas y el espacio que queda entre el gorro y las mejillas es de color castaño. Partes superiores (espalda) de color castaño rayado de negro y marrón. Partes inferiores (barriga) son de color blanquecino. Las hembras tienen las partes superiores e inferiores de un color más uniforme y las alas similares al macho.
El gorrión común ocupa cualquier hábitat que esté ligado al hombre: pueblos, ciudades, masías, etc., y no lo encontramos en los bosques (pinares, encinares, robledales, etc.).
Su alimentación es omnívora. Aunque se alimenta principalmente de vegetales, no desaprovecha los insectos, restos de alimentos, frutos y semillas.
El gorrión común -a pesar de ser una especie muy abundante- está en regresión, según nos lo muestran los siguientes estudios.
– Categoría Mundial IUCN (2009): Preocupación Menor (LC). Está dentro de esta categoría por su amplia distribución y su población total.
– Impar y Copete (1995) estudiaron la interacción que había entre la meteorología y el gorrión común, y llegaron a la conclusión de que hay una disminución de la población durante el invierno, cuando las temperaturas son prolongadamente inferiores a los 0 o C .
– Gil y Delgado (2002) comentan que los cambios en las prácticas agrícolas pueden ser una causa de esta disminución, ya que el gorrión se alimenta directa o indirectamente de los vegetales y eso les afectaría a la hora de encontrar recursos tróficos.
– Murgui y Macias (2010) observaron una bajada de la población en Valencia (1998-2008) y que según ellos se debió principalmente a la fuerte expansión urbanística ya la pérdida de zonas agrícolas de los alrededores.
– Balmori y Hallberg (2007) en un estudio llevado a cabo en la ciudad de Valladolid, indicaron-como una de las causas principales de la disminución de esta especie-el aumento de la potencia de los campos electromagnéticos generados por la telefonía móvil.
– La CODA (1993) en un estudio realizado en toda España -en el que participé- sobre los atropellos de vertebrados en carretera indicó que el 10% de los vertebrados atropellados correspondía al gorrión común.
Nota.-

Los autores de las fotos que adjuntamos son:
Pastorella: Blas Fernández.
Gorrión común: Mary C. Sanmartín