El arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, presidió la misa de acción de gracias

Durante los meses de octubre y noviembre todos los obispos de Cataluña han celebrado misas de acción de gracias por la beatificación de Álvaro del Portillo, que tuvo lugar en Madrid el pasado 27 de septiembre.

Como conclusión, el pasado sábado 6 de diciembre el arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, presidió la Eucaristía de acción de gracias en la iglesia de Sant Esteve de Andorra la Vella.

Junto con él concelebraron once sacerdotes, del obispado de Urgell y de la prelatura del Opus Dei. Entre estos últimos se encontraba el vicario del Opus Dei para Cataluña y Andorra, Dr. Antoni Pujals. También asistió el vicario general del obispado de Urgell, Mn. Ignasi Navarri, y el arcipreste de los Valles de Andorra, Mn. Ramon Sàrrias.

Asistieron unas 300 personas, de Andorra y de diversos lugares de Cataluña.

El coro de los pequeños cantores de Andorra realzó con sus cantos la celebración litúrgica.

Para la Asociación de Amigos del Camino de Pallerols de Rialb a Andorra, esta celebración eucarística de acción de gracias tenía un significado especial ya que en 1943 el beato Álvaro del Portillo visitó Andorra.

En efecto, del 30 de abril al 3 de mayo de 1943 acompañó a san Josemaría en la ceremonia de la toma de posesión del obispo Iglesias Navarri como copríncipe de Andorra, que tuvo lugar el 1 de mayo de 1943.

También recordábamos con esta misa de acción de gracias que durante estos días de diciembre -del 2 al 10 de diciembre de 1937- hacía 77 años que san Josemaría pasó por Andorra en su camino de evasión.

Todo ello hacía que esta misa de acción de gracias tuviera para nosotros una significación especial.

En la homilía, el arzobispo de Urgell glosó las lecturas del día -segundo domingo de Adviento- y remarcó que el Adviento es un tiempo de consuelo y de esperanza ya que en la persona de Jesús, Dios ha venido, viene y vendrá para nuestra salvación.

Con relación al beato Álvaro hizo un repaso de su vida y destacó algunos aspectos de su vivir santo:

1.- Fue un hombre fiel, y por tanto también discreto, delicado, gozoso.

2.- En él se hizo visible un aspecto fundamental del espíritu del Opus Dei, que la sencillez y la vida ordinaria son camino seguro de santidad.

3.- Mantuvo siempre un gran amor a la Iglesia, «a la que sirvió -como ha dicho el Papa Francisco- con un corazón despojado de interés mundano, lejos de la discordia, acogedor de todos y buscando siempre lo positivo».

4.- Por último, destacó su serenidad. Citó a Mn. Francesc Faus, hijo de Guissona -del Obispado de Urgell- que desde hace muchos años trabaja apostólicamente en Brasil, y que ha dedicado al beato Álvaro una «Novena de la serenidad», con estos nueve puntos:

• La paz de los hijos de Dios

• La paz que proviene de la oración

• La humildad fuente de paz

• La serenidad en la enfermedad y el dolor

• La serenidad en las contrariedades

• La paz que nace de la fidelidad

• Paz, paciencia y mansedumbre

• La paz del corazón que perdona

• Transmitir la paz a los demás

Por otra parte, el Dr. Antoni Pujals recordó que el beato Álvaro -siguiendo fidelísimamente la enseñanza de san Josemaría- escribió: «nosotros tenemos que servir a la Iglesia santa con toda nuestra alma». Por eso con la ayuda del beato Álvaro renovamos hoy el propósito de servir a la Iglesia, cada uno desde su lugar de trabajo, desde su hogar, cumpliendo los deberes ordinarios. Y lo queremos hacer en plena comunión con nuestros pastores, los muy queridos papa Francisco y el arzobispo Joan Enric.

Podéis ver más fotos aquí.