Un pasador que ha pasado con éxito la frontera de la vida

El pasado día 5 de octubre de 2010 murió en Barcelona, a la edad de 96 años, Josep Cirera que fue el guía de la expedición de 1937 en la que iba San Josemaría Escrivá de Balaguer.

No hemos informado antes de este evento porque nos hemos enterado muy recientemente.

Jordi Piferrer tuvo ocasión de hablar con él más de 20 veces a lo largo de los años 2004-2009. Estas conversaciones están recogidas en esta web. Quisiéramos recordar ahora algunos aspectos particularmente entrañables de las últimas conversaciones mantenidas con él.

Algunas de las virtudes que más sobresalían del carácter de Josep Cirera podrían ser: el optimismo, la lealtad, la valentía y fortaleza para afrontar situaciones difíciles; era decidido, directo, trabajador, puntual, tenía una sola palabra y cumplía los compromisos adquiridos.

En relación a la vida de San Josemaría Escrivá, fue providencial su guía a través de las tierras del Alt Urgell: desde el Barranc de la Ribalera (Peramola) donde apareció la tarde del 28 de noviembre, hasta Sant Julià de Lòria (Andorra) a donde llegaron en la madrugada del 2 de diciembre. Otras expediciones de evasión tuvieron menos suerte al encontrarse con guías de menos valía, sin embargo Josep Cirera era un hombre muy seguro y en todo momento mostró unas dotes de fortaleza y de sensatez remarcables.

En los últimos años de su vida Josep Cirera tuvo mucha devoción a San Josemaría y comentó algunos favores que según él fueron obtenidos por su intercesión. Recogemos ahora dos:

Una vez, hacia los años 80, yendo en coche a más de 100 kilómetros por hora por la autopista de Zaragoza a Barcelona, ​​se le reventó la rueda delantera. Invocó a San Josemaría y pudo dominar el coche, sin salirse de la carretera. Según él y la policía que le atendió, se salvó de un accidente que podría haber sido muy grave.

En otra ocasión, hace unos seis años, comenzó a tener problemas en la vista: veía doble. En todo el día no le pasó, así que decidió ir al médico. Explicó que justo después de invocar a San Josemaría, cuando entraba en la consulta, recuperó la visión normal. El oftalmólogo sólo tuvo que certificar que no tenía nada.

Finalmente, el 5 de octubre de 2010 -a las seis y media de la tarde- murió en el Hospital del Sagrado Corazón, de Barcelona.

En esta fecha hay una feliz coincidencia: el día siguiente de su muerte era el aniversario de la canonización de San Josemaría, que tuvo lugar en Roma el 6 de octubre de 2002. Seguro que su amigo San Josemaría -que sabía devolver con generosidad los favores recibidos- intercedió por él y le ayudó a pasar la raya de la Frontera hacia el País de la Libertad definitiva, de manera que el pasado 6 de octubre se pudieron reunir en el cielo todo el grupo que pasó la frontera andorrana el día 2 de diciembre de 1937, bajo la guía segura de Josep Cirera.

El grueso de la expedición era de unos 23 hombres. A modo de recuerdo citamos ahora los nombres de los 10 que conocemos, ordenados según la fecha de su muerte: José María Albareda (1966), San Josemaría Escrivá de Balaguer (1975), Francisco Botella (1987), Tomás Alvira (1992), Manuel Sainz de los Terreros (1995), Pedro Casciaro (1995), Juan Jiménez Vargas (1997), Antonio Dalmases (1997), Miguel Fisac ​​(2007) y el último que quedaba Josep Cirera (2010).

A través de esta web avisaremos oportunamente de las veces que se celebren misas por el alma de Josep Cirera.

Descanse en el Señor un gran amigo del Camino de Andorra.