En 15 días nos han dejado tres amigos del Camino de Andorra

En 15 días nos han dejado tres amigos del Camino de Andorra.

El domingo 24 de octubre María Pilar Torra; el lunes 1 de noviembre Eusebi Riart, de cal Rotger de Peramola, y el pasado domingo día 7 Francesc Beato. Los tres nos han ayudado mucho en diferentes aspectos del camino.

Sobre Francesc Beato, miembro destacado del Centro Excursionista de Cataluña (CEC), debemos decir que era un amante del Camino de Andorra: nos acompañó varias veces en las Caminatas de los segundos sábados de mes y formaba parte del Consejo Asesor de la Asociación de Amigos del Camino de Pallerols de Rialb a Andorra. Sus observaciones sobre cómo teníamos que enfocar nuestra propuesta excursionista fueron siempre de gran ayuda. Especialmente importante para nosotros fue su aliento constante y su estímulo para mejorar nuestra propuesta montañera.

Asistió a todas las Jornadas de Caminos de Libertad a través de los Pirineos que hemos organizado, participando como ponente en la primera jornada que tuvimos en Peramola. Le echaremos de menos en la IV Jornada que celebraremos el próximo sábado día 13 en la Seu d’Urgell.

Ha muerto de accidente de coche, juntamente con su hijo Josep Oriol y su sobrina Montserrat.

Él, que amaba tanto las montañas de Cataluña y del mundo entero, ha llegado ya a la gran montaña de Dios. Desde allí puede contemplar gozoso todas las montañas que tanto amó, y sobre todo contempla cara a cara la gran Belleza de nuestro Padre y Señor de la creación.

En el mundo futuro, el cielo nuevo y la tierra nueva de la que nos habla el libro del Apocalipsis, «donde no habrá llanto, ni dolor, ni fatiga» podremos caminar juntos con Francesc Beato y con todos aquellos que hemos amado la creación. Caminaremos por todos los picos de la tierra, como nunca habríamos podido soñar. Así es el amor espléndido y sobreabundante de Dios que ha hecho toda la creación para nosotros y para manifestar su gloria.

Francesc, durante su caminar por esta tierra, deseó tanto la Belleza que ahora la tiene en

grado inmenso. Como dice el poeta Joan Maragall: «Sigui la mort una major naixença».

Quiero terminar transcribiendo unas reflexiones del Papa Juan Pablo II, que hizo estando en los Alpes, el 11 de julio del año 1999:

Espero que sepáis disfrutar de las innumerables bellezas naturales – el aire, los bosques, el agua, etc. – con un gran respeto por los tesoros que el Creador nos ha confiado.

Cada vez que tengo la oportunidad de visitar las montañas y contemplar estos paisajes, doy gracias a Dios por la majestuosa belleza de la creación. Gracias por la inmensa belleza, que muestra al cosmos como un reflejo de su poder, para fascinar a las almas que la contemplan y le alaban por su grandeza.

La montaña no sólo es un magnífico escenario para contemplar, sino que es una escuela de vida: Nos unen para lograr un objetivo, para ayudarnos mutuamente en momentos de dificultad, para saborear el silencio juntos, reconocer nuestra pequeñez en un entorno tan majestuoso y solemne.

Nota.- El próximo día 20 de noviembre, que celebramos en Pallerols la Fiesta del Encuentro de la Rosa, ofreceremos la misa por estos amigos que nos han dejado durante este año.