Pallerols invita siempre a la paz interior

El pasado 17 de noviembre, celebramos en Pallerols de Rialb la tradicional Fiesta del Encuentro de la Rosa, con la que conmemoramos el hecho de que en la mañana del día 22 de noviembre de 1937 san Josemaría encontró en el suelo de la iglesia de Pallerols una rosa de madera dorada que le confirmó en su decisión de continuar hacia Andorra, después de pasar una noche de fuertes sufrimientos interiores intentando descubrir si esa era la voluntad de Dios.

Confortado con este favor de la Virgen continuó con decisión su camino hacia Andorra con la seguridad de que estaba cumpliendo la voluntad de Dios, según fue su constante disposición a lo largo de su vida.

Concelebraron la Eucaristía, Mn. Josep Maria Mauri, Vicario General del Obispado de Urgell; D. Ramon Herrando, Vicario de la Prelatura del Opus Dei en España; Mn. Antoni Pujals, Vicario de la Prelatura del Opus Dei en Catalunya; Mn. Jaume Mayoral, rector de Ponts y Mn. Bonifaci Fortuny, antiguo rector de Ponts y encargado de la atención espiritual de los habitantes de la Baronia de Rialb.

A pesar de las inclemencias del tiempo, asistieron personas de Lleida, Organyà, Ponts, Barcelona, Sant Cugat, Mataró y otros lugares de Cataluña. Entre otras personas venidas de Andorra, debemos destacar la presencia de Carles Álvarez Marfany, Conseller Major del Comú de Sant Julià de Lòria. La Baronia de Rialb estuvo bien representada por el alcalde Pere Prat y algunos familiares del Empordanès.

Unos componentes de la Coral del colegio Canigó hizo una importante aportación con el acompañamiento de los cantos litúrgicos.

Terminada la celebración de la Eucaristía, hicimos un pequeño aperitivo en la antigua rectoría que actualmente está en obras, a la espera de que podamos tenerla terminada pronto. Necesitamos para ello la aportación generosa de muchas personas.

A las cuatro de la tarde, nos volvimos a reunir en la iglesia de Pallerols para rezar el rosario y a continuación se veneraron las reliquias de san Josemaría.

Una jornada llena de sentido espiritual que confortó a todos los asistentes, como lo hizo la Virgen a san Josemaría -aquel lejano 22 de noviembre de 1937- en su camino hacia Andorra.