34 chicos de Pamplona al paso de los Pirineos

Nuestra gran aventura en Pallerols empezó el 1de julio y terminó el día 15 de este mes. Éramos un grupo de 34 personas, pertenecientes a los clubes Lantegi y Noray de Pamplona. La mayoría eran chicos de entre 11 y 13 años, aunque vinieron también algunos estudiantes universitarios. Nos alojamos en las casas de Ca l’Ampurdanés y unos pocos dormían en la rectoría de Pallerols.

¡Fue una excelente convivencia!

Por las mañanas teníamos distintos talleres: mantenimiento de los caminos del paso de los Pirineos -recorridos por san Josemaría en el otoño de 1937-, orientación en la montaña, cocina, manualidades, biología, entre otros. Por las tardes: deporte, piscina, excursiones y misa.

Una tarde de los primeros días nos visitó Ramón para contarnos sobre la estancia de san Josemaría en esas tierras. Su relato -con lujo de detalles- atrapó la atención de todos los chicos, permitiendo imaginarse cada escena de la historia. Ramón también nos comentó sobre la historia de la advocación de la Virgen de Pallerols, «la Virgen del camino personal» como la llamó Mons. Javier Echevarría, que ayuda a descubrir y seguir la voluntad de Dios, como ayudó a san Josemaría en aquel lejano 22 de noviembre de 1937.

En los días de excursión, pudimos hacer algunas de las etapas del Paso de los Pirineos que hizo san Josemaría a causa de la persecución religiosa durante la guerra civil española. Pienso que la excursión que más gustó fue el último tramo hasta Sant Julià de Lòria, en Andorra. También visitamos la parroquia de Andorra la Vella, una de las iglesias donde San Josemaría celebró uno de los 9 días que permaneció en Andorra a la espera de poder pasar el puerto de Envalira, que había quedado cerrado por la intensa nevada del día 3 de diciembre.

Tuvimos otros momentos para conocer más partes del camino: por ejemplo, la noche de nuestra llegada fuimos caminando hasta la Cabaña de San Rafael. En todos estos momentos nos dimos cuenta de la gran dificultad que pasaron San Josemaría y los que le acompañaron, teniendo en cuenta las malas condiciones que tenían (frío, escasa comida y agua, miedo, cansancio, ropa y calzado inapropiado, etc). Por otra parte pudimos disfrutar de unos increíbles paisajes.

Realmente fue muy emocionante para todos haber podido estar en aquel lugar maravilloso estos días de verano. Tener misa todos los días en la iglesia de San Esteban de Pallerols, donde san Josemaría encontró la rosa de Rialb y visitar todos los alrededores donde estuvo, ha sido una verdadera suerte.

Queremos aprovechar para agradecer muy especialmente a quienes cuidan ese hermoso lugar y permiten que tantas personas puedan visitar y, de alguna forma, «revivir» esa parte de la vida de san Josemaría, tan trascendental para la historia del Opus Dei.