Ven a Pallerols para revivir historias que te emocionarán

Viernes, 17 de febrero, a las 18 h salimos en coche y furgoneta hacia Pallerols con mucha ilusión por conocer esos lugares tan especiales para San Josemaría.

Llegamos muy de noche por un camino muy oscuro, tortuoso. La furgoneta se ha perdido y está en medio del bosque. Nos imaginamos el miedo que tendrían en 1937, sin linternas ni coches que les protejan.

Jordi nos espera, nos ha encendido el fuego y nos da las llaves de la casa y de la iglesia.

Cenamos mientras proyectamos la película «Encontrarás Dragones». ¡Qué emoción cuando sale Pallerols! ¡¡Estamos aquí!! Nos ayuda a conocer el ambiente de miedo y odio que se respiró durante la guerra civil, y lo difícil que lo tuvieron los fugitivos para sobrevivir.

Dormimos pensando en el frío que pasaron y la pena que tendría San Josemaría de no saber si estaba haciendo lo que Dios quería.

Hace un sol radiante, un tiempo magnifico que nos va a acompañar en este día. Después del desayuno, Jordi nos explica la historia de aquellos momentos, y nos enseña la rectoría restaurada. Hay muchos detalles que no sabíamos. Lo que más nos gusta es descubrir dónde estaba la rosa, como le dio la luz aquella mañana de noviembre del 37.

Al acabar nos dirigimos a Peramola, vemos el pajar desde fuera y leemos el fragmento de «Entre la noche y la esperanza» que explica lo que pasó allí. Continuamos hasta la Cova del Corb. ¡Hemos llegado! Allí comemos y jugamos un rato.

Al regresar, el sacerdote nos espera. Es la primera vez que está allí y también está muy emocionado. Después de celebrar la Santa Misa y predicarnos la meditación, tenemos un rato de reflexión. Hemos preparado textos del diario de Antoni Dalmases y otros testimonios. Aunque hace frío ¡qué bien se reza aquí!

Al anochecer contamos enigmas, historias de miedo y de risa alrededor de la chimenea. Mariona ha traído mashmallows para compartir.

Nos despertamos pronto y bajamos a la iglesia para verla iluminada tal y como la encontró San Josemaría la mañana del día 22 de noviembre. Impresiona ver que la única luz que entra por la única ventana -estrecha y alargada- que hay en la ermita, ilumina la zona donde encontró la rosa.

Después de una meditación y misa, estudiamos un rato, recogemos y limpiamos la casa entre todas y nos vamos a la Cabaña de San Rafael. La cuesta se nos hace empinada, aunque llegamos en 30 minutos. Ahí comemos y contamos historias de los clubs. Lucía nos cuenta cosas de México. De camino a Pallerols, nos encontramos un gran rebaño de ovejas y hablamos con el pastor, que se llama Pere Sala y que resultó ser el nieto de Pere Sala, de la cercana casa de Vilaró, el mismo que les protegió y alimentó durante los ocho días que el grupo de San Josemaría permaneció en la zona de Pallerols.

Para cerrar el recorrido fuimos a Andorra; hicimos la oración en la iglesia de Sant Julià de Lòria donde está la escultura de San Josemaría y merendamos en una cafetería de Andorra como hicieron los de la expedición de 1937.

¡Qué suerte haber coincidido con unas buenas amigas y haber dormido en Pallerols!

Seguramente San Josemaría no se imaginaba que iría gente de todo el mundo para visitar y dormir en esa casa. Ha sido una experiencia muy divertida y una aventura que queremos repetir. ¡Volveremos!