Entrando en Andorra

El pasado 14 de junio hicimos la ruta desde Argolell a Sant Julià de Lòria, en Andorra. Salimos de la ermita de Santa María de Feners, en Argolell, a las 10,30 de la mañana. Fuimos en total 13 expedicionarios: siete de Lleida, tres de Barcelona, uno de Solsona y dos andorranos.

En menos de una hora llegamos a Mas d’Alins y a continuación a las Pardines. Hacia la una y media, al llegar a la Borda del Gastó, tomamos un buen almuerzo a base de costillas y butifarra de Organyà. Hay que destacar la amabilidad de los andorranos que venían con nosotros, puesto que nos obsequiaron con varias clases de embutidos caseros de Andorra, entre los que merece destacarse uno llamado bringuera. Después vinieron los quesos, patés y un buen vino. Todo ello acompañado del típico «pa amb tomàquet», aliñado con un buen aceite de oliva.

Después de tan suculento almuerzo continuamos la bajada hasta llegar a los caseríos de Fontaneda. Visitamos la ermita románica de Sant Miquel de Fontaneda y la famosa fuente, que da nombre al pueblo. Reconfortados con agua tan fresca y buena, continuamos bajando por el camino antiguo de Fontaneda, pasando por la borda del Bringuer y por coll de Jou. Más allà, pasamos cerca de la ermita románica de Sant Mateu del Pui d’Olivesa y llegamos enseguida al puente de Fontaneda que atraviesa el río Valira. En cinco minutos más, cuando eran cerca de las cuatro de la tarde, entramos en la iglesia de Sant Julià de Lòria, en donde un sacerdote de Lleida que venía con nosotros celebró la misa.

Después de un rato de descanso en un café típico del pueblo, regresamos a nuestros respectivos lugares de procedencia. Un día vivido intensamente recordando la expedición del año 1937.