Por tercer año consecutivo, algunos chicos del club Codec de Madrid hemos ido unos días a final de verano (del 29 de agosto al 3 de septiembre), a pasar unos días en Pallerols para hacer varias etapas del Paso de los Pirineos de San Josemaría.
Esta vez se nos unieron algunos del club Mizar. Una colaboración entre clubes que ha dado mucho fruto.
Después de llegar el primer día y visitar el pajar de Peramola, nos pusimos las botas de monte e hicimos una excursión breve a la Cabaña de San Rafael, donde Chema, que vino desde Barcelona para apoyar nuestra convivencia, nos leyó varios hitos de la estancia de San Josemaría en este magnífico lugar. A la vuelta, nos cayó un gran chaparrón. Llegamos a Pallerols mojados pero contentos.
El día 30 nos levantamos e hicimos la oración en Pallerols y luego fuimos al barranco de la Ribalera. Allí tuvimos la Santa Misa, como San Josemaría, y después tuvimos que escalar la montaña de Aubenç. Fue duro pero, lo logramos! Al llegar a la cumbre nos esperaba un césped esponjoso, en donde comimos, y un bosque húmedo en el descenso. Después de varias horas acabamos en una poza indescriptible. Hubo dos que rompieron sus zapatillas -no se quejaron- y muchos detalles de una gran generosidad. Acabamos el día cenando bajo las estrellas.
Tercer día, 31 de agosto, descubrimos de verdad lo que es el agua. Nos levantamos, hicimos un rato de oración y Misa con órgano... Y después emprendimos el viaje en coche hasta Noves de Segre para hacer la etapa de los ríos con un cielo amenazante. Nada más empezar la caminata empezó el diluvio universal. Empapados decidimos continuar, no había nada que perder.
Recorrimos valles y ríos -rezamos el Rosario mientras-, y para evitar el barro decidimos aliarnos con el enemigo y nos metimos en el río. Fue una gran experiencia la de ir metiéndonos y saliéndonos por el río Aravell durante varias horas. Acabamos calados hasta los huesos, pero habiendo disfrutado muchísimo de la etapa. Fue la que más nos gustó. Después de la marcha vietnamita llegamos al final de la ruta atravesando un campo de golf... nos recibió Pablo con chocolate y comimos en la Seu d'Urgell... donde, para nuestra sorpresa, descubrirnos los entrenamientos para el Mundial de kayak extreme. Alucinante la fuerza del río. Después, pasamos por el pueblo y visitamos la catedral donde aprovechamos para tener una meditación y cantar a la Virgen. ¡Otro día inolvidable! |